jueves, 6 de enero de 2011

Cartas de lector (yo)

Parto de “protesta” contra las cesáreas

Mónica tiene 32 años, y desde hace una década es partera de profesión en Tucumán. Días pasados, tomó la valiente decisión de dar a luz a su beba en su propia casa y dentro de una pileta de lona. Todo salió perfecto, acompañada por su marido y sin asistencia de un obstetra, como una manera de protestar por “la violencia que sufren las mujeres en hospitales y clínicas” y “la increíble cantidad de cesáreas que se practican”.
Todo ocurrió el martes pasado, en una casa pequeña situada en la localidad tucumana de Las Talitas, y tuvo como protagonista a la partera Mónica Barrera, que alumbró a Martina Jazmín. Su marido, Mario del Moral, de 43 años, fue el encargado de asistirla, cortar el cordón umbilical y, previamente, armar la pileta plástica en la que se concretó el atípico parto.
Según informó el diario local La Gaceta, Martina dejó oir su lloriqueo a las 4.15. Una hora antes, la mujer se zambulló, al tiempo que las contracciones se desesperaban. Arrodillado a su lado, el esposo fue el único testigo y asistente del alumbramiento. “Para nosotros fue maravilloso”, contó Barrera.
La mujer se desempeña, desde hace 10 años, en el hospital de Concepción, donde asiste a las parturientas que son trasladadas en ambulancia hasta el centro médico.

Desechar la violencia

En diálogo periodístico, Martina contó que “tenía fecha para el 2 del mes que viene, pero en los últimos días supimos que se iba a adelantar. Yo le había comentado a mi médico que quería un parto humanizado, y él me apoyó. Incluso, me dijo que iba a acompañarme. Pero esa noche, cuando rompí bolsa, sentí que no era necesario llamarlo”.
Consultada sobre los motivos de su rechazo a la internación, dijo que “las mujeres estamos hechas para gestar, parir y amamantar. El nacimiento es algo normal. Y debemos entenderlo así. En las instituciones, en cambio, se ejerce mucha violencia sobre la parturienta”.
“No se le permite al padre que esté presente y, además, se separa a la madre del recién nacido. Para peor, es increíble la cantidad de cesáreas innecesarias que se practican”, dijo, marcando que su decisión de tener a Martina Jazmín en su casa también fue un modo de protesta.

Todo el proceso

“Sentí temor de no reaccionar. Soy partera, pero mis hijos anteriores nacieron en sanatorios. Sin embargo, todo transcurrió con tranquilidad”, dijo la mujer, agregando que entró a la pileta a las 3 de la madrugada, con las primeras contracciones, y finalmente dio a luz a las 4.15. “Tener ahí a mi marido me tranquilizaba. El vio todo el proceso. Incluso, pude tocar la placenta cuando salió, que fue el vínculo entre mi hija y yo durante nueve meses”, explicó. “En mi trabajo, fui testigo de muchas escenas de violencia contra mujeres embarazadas a punto de parir. Recuerdo una vez que la mujer gritaba, pidiendo que trajera a su marido, y una doctora tomó la decisión de prohibirle la entrada al hombre, pero como ella insistía, llamó a la policía, entonces tuvo a su bebé rodeada de efectivos”, dijo Martina, entre lágrimas. En torno a los beneficios de parir en la casa y en el agua, la partera comentó que “en primer lugar, los bebés salen de un medio acuático y pasan a otro. En segundo, se reduce el dolor y el sufrimiento de la madre. Es increíble la sensación de relax que produce la inmersión. Además, nuestra familia vivió el nacimiento de manera íntima y privada”


DIARIO POPULAR ,BUENOS AIRES DOMINGO 21 NOVIEMBRE 2010

DA VIDA AL ALIMENTO Y ALIMENTA LA VIDA AMAMANTANDO
AMAMANTAR EN TIEMPOS CRÍTICOS Y DECISIVOS ES SALVAR VIDAS

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